Donde la provincia de Cadiz empieza a limitar con la de Málaga, entre Torreguadiaro (San Roque - Cádiz) y la bahía de San Diego y Punta de la Chullera (Málaga) existe esta pequeña cala, en el mar Mediterraneo. Incomprensiblemente, ha sobrevivido a la especulación inmobiliaria desde los años 70 que ha expoliado la costa.La cala de la milla de plata, toma el nombre de un pequeño hotel que se encuentra en el extremo de la cala; situada al pie de la antigua carretera N-340.
Probablemente no sea de las playas más bonitas, ni destacará por sus aguas transparentes y su fina arena dorada y mucho menos por sus aguas cálidas. Pero es uno de los pocos rincones vírgenes de la Costa del Sol.
Playa familiar en los fines de semana, donde los domingos no faltan los entrañables domingueros, con sus neveras, mesas, grandes sombrillas y su tabla de parchis. Pero entre semana se convierte en un agradable y cálido rincón y protegido del tenaz levante. De unos años para acá el acceso se realiza por una pasarela de madera, por lo que ya se evita la antigua y peligrosa vereda de cabras que daba acceso a la cala.
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