Tejada la Vieja, es una de esos tantos enclaves arqueológicos perdidos y olvidados hasta a veces abandonados a la suerte del tiempo. Muchos ni habrán oído mencionarla, ni situarla en un mapa. Mas no dudo que su vecina Tejada la Nueva sea más conocida, ya que es desde donde nacía el segundo tramo de acueducto de Itálica, debido a que el primero, que arrancaba desde el Guadiamar no conseguía suministrar la suficiente cantidad de agua que necesitaba la incipiente ciudad.
Fundada por los míticos Tartessos, en el siglo VIII A.C. en las estribaciones de la Sierra de Tejada y Sierra de Aznacollar, siendo un centro estratégico en la producción de metales para el comercio con los fenicios. Se encuentra sobre una loma amesetada y protegida por dos profundos barrancos.
Sorprende ver como se mantiene en pié parte de sus murallas de tapiales, pero aun más observar y poder caminar sobre los trazados de sus calles o adivinar las divisiones de sus casas.
Situada entre Anzalcollar y Escarcena del Campo, se accede por la carretera que une dichas localidades, tamando el carril correspondiente a la cañada Real del Arrebol, tras un breve paseo de unos 2,7 km llegaremos hasta el enclave arqueológico.
Distancia ida y vuelta: 6 km aproximadamente
Tiempo: 2 horas
Dificultad: fácil
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