A pocos metros de la impresionante y concurrida plaza de la Corredera nos encontramos esta típica taberna cordobesa y no por lo de típica pierde la más mínima pizca de calidad.
Entre réplicas de cuadros de Julio Romero de Torres, bodegones, fotos de Manolete y alegorías a las diversas provincias andaluzas el visitante puede disfrutar de lo mejor de la gastronomía de esta ciudad: Flamenquines, rabo de toro, espinacas, salmorejo, vinos de la tierra, berengenas fritas, callos, bacalao frito. Pero lo mejor de la carta es que ningún plato supera los 7 €, que como está el mundo, se agradece. Y como de lejos está esta carta de otras rodeadas de pseudodiseño: flamenquín reconstituido, rabo de toro cocinado con nitrógeno líquido, o salmorejo deshidratado. El valor de la tradición no debe de estar reñido con la modernidad. Esto también se agradece.
A la taberna se accede por un zanjuan de la entrada y a la izquierda disponemos de una agradable barra, donde esperar que se libre una de las mesas, situadas en el fresco patio central o es sus habitaciones aledañas.
Un único problema: A la pregunta de si me servía un café el camarero contestó con esta lacónica sentencia: "no es costumbre en las tabernas cordobesas servir café"
C/ Tundidores, 3 (Junto a Espartería) Córdoba
Telf.: 957 48 01 35
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